TRUMP, EL RACISMO Y LOS ELEFANTES.

elefanteinduTeresita Bautista Valles.

“La vocación de todos aquellos que quieran ejercer la política tendrá que sujetarse a nuevos valores como son: la paciencia, la tolerancia, la capacidad de conciliación y la facultad para crear nuevas constantes”. Arturo González Cosío.

De lo local hacia lo nacional, de lo nacional a lo internacional, la constante es, cómo es el ejercicio político y cómo se asume el poder. Siempre se ha señalado la forma en que asumen el poder, los que se dedican a la política en Tabasco, la han hecho a lo “manolito” dicho esto en alusión al personaje de la tira cómica “Mafalda”, es decir, a lo tosco y poco atinado, por no decir algún adjetivo ofensivo.

No se trata de echarle más leña al fuego, sino de verdad, ejercer de político, como escribiría Arturo González Cosío para el prólogo de “Kautilya o el Estado como mandala”: La vocación de todos aquellos que quieran ejercer la política tendrá que sujetarse a nuevos valores como son: la paciencia, la tolerancia, la capacidad de conciliación y la facultad para crear nuevas constantes”. Pues eso, que son estos tiempos y el desmantelamiento al que ha sido sometido el Estado mexicano durante poco más de 30 años, por parte de los que ejercen el poder desde la federación, han hecho de ese ejercicio un hecho utilitarista, convirtiéndolo en una debilidad para que nuestro país enfrente la situación a la que se está viendo sometido a nivel internacional en estos momentos.

Son los tiempos de recordar aquellos viejos lobos de mar que fueron los secretarios de relaciones exteriores (Rosario Green, por ejemplo) quienes construyeron a golpe de diplomacia, disertaciones dentro del campo de la ciencia política, un ágil discurso, y pases mágicos de la administración y la gestión, la imagen de un Estado merecedor de respeto, pero sobre todo de congruencia,  ante la comunidad  diplomática  internacional.

Han desarmado tanto al Estado que ahora la estrategia de unidad nacional que pretenden los afiliados al Partido Revolucionario Institucional, y sus políticos utilitaristas, neoliberales, y tecnócratas, resultan de lo más ridícula e incoherente, ante el discurso del presidente norteamericano Donald Trump.

Los dichos de Donald Trump se circunscriben en el plano de la llamada “White trash”(basura blanca)cuyo centro de acción mental es la llamada supremacía blanca, o en términos muy generales para atinarle: su discurso racista busca establecer las diferencias que en el pasado, muchos activistas han buscado erradicar en la unión americana, pero las actitudes del actual presidente hace retroceder el tiempo. El contexto debe ser entendido, desde la perspectiva de un país cuyo grueso poblacional está compuesto de inmigrantes de todas partes del mundo, pero mayoritariamente latinos. ¿Entonces? Dónde está la coherencia?.

Las estrategias para salvaguardar la actual soberanía nacional, gastada, envilecida, y vendida, debe partir de un hecho que desde hace mucho tiempo peina canas en un libro conocido como Arthasastra, uno de sus pasajes cita “…destruir las alas, flancos y centro (del ejército), dar un asalto sorpresivo y atacar a quienes duermen, son maneras con que luchan los elefantes”.  Pues eso, la sorpresa y la creatividad en la economía nacional, son las estrategias que deben implementarse, y una sólida gestión diplomática que devuelva cada golpe.

Los llamados a la unión nacional no deben ser una trampa para saldar deudas a la ciudadanía, debe ser ante todo un compromiso que asuman, quienes han puesto en semejante situación de indefensión al Estado de mexicano.

Incluso, las universidades norteamericanas en su afán de establecer un diálogo abierto en donde las personas asistan para escuchar y entender los temas de las charlas públicas que se organizan, para discutir y exponer lo que está pasando en su país, se han visto violentadas, amenazadas, cuando en el pasado, se convirtieron en espacios de discusión abiertos.

El antropólogo Marshall Sahlins ya en el contexto de la guerra de Vietnam, propuso esa modalidad de protesta sin entorpecer las actividades y a otras personas. Organización que permitió difundir ideas, organizarse y repartir volantes, para que otros se enteraran de lo que sucedía y porqué.

En el transcurso de los pocos días de gobierno de Donaldo Trump y su discurso racista, hilarante y soberbio, se hace necesaria la lectura del sociólogo francés Michel Foucault, principalmente una conferencia que impartió allá por 1975 en el Collége de France, titulada: “Defender la sociedad”, donde refiere la importancia de analizar la interacción entre el poder soberano, la disciplina, la biopolítica, la seguridad y la raza. Disciplina sobre el cuerpo que debe ser productivo, sin descanso, para perpetuar al capital, como sistema económico, el biopoder sobre el hombre, es decir, como ser viviente, y como control, esto mirado con una postura crítica.

El racismo está en el punto central de análisis, porque la idea primera que desarrolla  es decidir, qué debe vivir y qué debe morir. El tema da para más, pero ese, es el punto de análisis en el discurso de Trump: qué debe permanecer, y qué debe ser eliminado.  Los elefantes luchan para sobrevivir y continuar, no es casualidad que se les tuvo como arma de guerra en el pasado, embisten, y siguen de frente. La unidad nacional está resquebrajada, y los esfuerzos por armar de nuevo a este país al que mucho daño le han hecho, van en dos direcciones, por un lado salvaguardar lo que queda de él, y convencer a una sociedad que ha pagado un costo muy alto, por las malas decisiones del actual presidente de México.

 

 

 

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